Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.0 Chile License. canasto de gatos <body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d24704108\x26blogName\x3dcanasto+de+gatos\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://bicdesangrado.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_CL\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://bicdesangrado.blogspot.com/\x26vt\x3d-8213552626227443331', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

canasto de gatos

telonear la gran mentira

viernes, julio 07, 2006

Este es un post bastante viejo, pero me gustó y es el único que estaba extrañamente guardado en un pc ajeno de todos los que escribí en las versiones anteriores de este blog. Si quiere, repítaselo y si no váyase .



LuisMi

Incluso más presentes que algunos de los millones de recuerdos que tengo de mi infancia en Castro, llegan a estar ahora algunos pasajes de mi vida en Temuco, cultivados en las constantes visitas que hacíamos a la parentela. Hoy, que después de casi dos décadas mi familia retornó a la ciudad natal, de a poco han vuelto a mi mente episodios omnipresentes de mi primera decena de años.

El mío no es un caso aislado. Mi hermana también nació en Temuco, y pese a lo inhóspito que llegó a ser para ella el instalarse en un lugar, que por mucho que sea donde hayas nacido, sigue siendo apenas un conocido de vista, ha tenido ciertas regresiones. Lo comprobé el día en que, como muchas veces, partió a caminar sola y volvió con una foto entre las manos. Era diciembre, el calor de entonces ya auguraba las insoportables temperaturas de más adelante, y una decena de Viejos Pascueros estaban instalados en diversos locales. Ella acababa de fotografiarse junto a uno de ellos, y recibió su registro desde una máquina polaroid, que entregó el papel humedecido.

Me enterneció ese acto de ella, sobretodo porque ya a los dos años, era capaz de darse cuenta de las diferencias de los Pascueros de cada cuadra del centro temucano, advertida por el color de sus botas. Yo hace unos días, tuve mi propio salto al pasado.
Salí de una galería, en cuya puerta había un tipo cantando, a veces con un falsete forzado y la mayoría de las veces con tono desabrido, ataviado de un parlante y un karaoke en base caset; una postal clásica.

Compré un cigarro suelto en el kiosko que estaba a un par de metros y esperé a que me prestaran un fuego. Me quedé mirando su “espectáculo”. Detrás del terno azul marino, bastante gastado, detrás de las canas y comisuras marcadas, descubrí a un personaje al que solía mirar cuando todavía no cumplía los diez años. Era nada menos que el Luis Miguel, que allá por el 88 cantaba acapella, con un lápiz bic simulando un micrófono y atentando ante el más mínimo concepto de afinación. El terno ya era parte del espectáculo de entonces. Jamás supe su nombre, salvo su apelativo de LuisMi; según mis familiares, “le faltaban gramos pa`l kilo”, cuestión que a mi corta edad podía advertir por la solemne presentación que hacía antes de cada tema, como si un par de minutos después fuera hacerse de una gaviota de plata.
Una vez, grande fue mi sorpresa cuando lo vi aparecer, con terno y lápiz de pasta en una calle de Castro. “Andará de gira”, dijo mi viejo detrás de una risa socarrona. Hoy, que lo redescubrí en la misma calle que hace algunos lustros, el repertorio contempla temas de Cristián Castro, Los Ángeles Negros y Mario Guerrero.

Me quedé a escucharlo, con la secreta esperanza de que algún tema de LuisMi saliera de su voz, para ver si se venía a mi mente alguna escena de “Fiebre de Amor” y así poder recordar los mocasines que pedí a mi mamá para parecerme al ídolo mexicano. Las pistas que musicalizaban la salida de la galería eran como sacadas de un día domingo en la mañana en un supermercado cualquiera; un orquestado plano y plástico, con baterías grandilocuentes en el coro.

Ya había comprado el segundo cigarro y estaba decidido a caminar de vuelta a mi casa, cuando, con su destemple de antaño pero con mayor fuerza en los pulmones, el cantante callejero comenzó a entonar “Palabra de Honor”: “Al comienzo de una vida, una calle sin salida y yo... uooooooooo”. Tosí de risa y me tragué el humo, al tiempo en que respiré tranquilo y aliviado, mientras con una sonrisa complica seguí la letra de la canción. Para mi sorpresa, la base de ésta superaba bastante los karaokes anteriores, principalmente porque cuando el tipo cantaba “Te voy a olvidar, palabra de honor”, de fondo sonaba insistente un coro femenino que decía “Te amo, te amo, te amo, yo te amo”. Siguieron “Tú y yo, dos enamorados” y una serie de “hits” de la etapa adolescente de “Micky”, cantadas por este cuarentón, que según pude ver, conservaba en medio de sus canas el corte de pelo con mechones sobre el rostro, que ocupaba el cuate en esos años.

Apenas llegué a mi casa, bajé la canción. Y saqué del clóset los mocasines con hebilla, que heredé de mi tío y que jamás ocupé. Espero encontrar al LuisMi temucano esta semana para obsequiárselos. Mi próximo paso, será esperar a diciembre para la foto con en el Viejo Pascuero.
posted by Bic desangrado, 7:42 a. m.

0 Comments:

Add a comment